lunes, 31 de enero de 2011

Día de San Juan Bosco.




Juan Melchor Bosco Occhiena era hijo de Francisco Luis Bosco y Margarita Occhiena, campesinos de Castelnuovo de Asti (Piamonte) que tenían una casa en I Becchi, una vereda a 32 kilómetros de Turín. Tenía dos hermanos, Antonio (de un anterior matrimonio de su padre) y José.
Eran una familia del campo. El 11 de mayo de 1817, cuando Juan tenía 21 meses de edad, su padre falleció a causa de una pulmonía y la responsabilidad de la familia quedó en manos de su madre, Margarita.
El protagonismo en la formación de la infancia de Juan recaería entonces en manos de su madre. Una mujer de un férreo carácter, una sólida devoción y una intensa fidelidad a su familia. No buscó un segundo matrimonio, sino que sola se dedicó a formar a sus tres hijos varones entre los que entraba Antonio, el cual quedó huérfano de padre y madre. La manera en que Margarita defendió a sus hijos en medio de la pobreza y el espíritu de disciplina y devoción que les impartió, tendrían mucho que ver en el futuro apostolado de Don Bosco.
El deseo de estudiar y salir adelante son características en la vida de Juan. Desde su niñez, Juan demuestra un espíritu de liderazgo y las características del que sería su apostolado entre los jóvenes al reunir niños y jóvenes en los ratos libres y entretenerlos con actos de malabarismo y anécdotas con mensajes formativos. También comienza en ese tiempo a insistir en la idea del sacerdocio, hecho este que demostraría con una gran devoción y asistencia sacramental.
Preocupado por sus escasos recursos económicos que le imposibilitaban seguir la formación sacerdotal, Juan decide ingresar a los franciscanos el 18 de abril de 1834. Su decisión cambió radicalmente debido a un sueño en donde veía frailes que lo desaconsejaban de ello. Con la orientación del padre José Cafasso y la ayuda del padre Cinzano, Juan ingresó al Seminario Diocesano de Chieri el 30 de octubre de 1835, tenía 20 años.
De esta manera el joven seminarista Bosco de Asti fue ordenado sacerdote el 5 de junio de 1841. El joven sacerdote, Don Bosco tenía 26 años cuando se ordenó.
Según estadísticas de la época, cuando el joven Don Bosco llegó a Turín en noviembre de 1841 había niños menores de 10 años empleados como constructores, sastres, carpinteros, pintores de brocha, limpiadores de chimeneas y muchos otros oficios. Las cárceles turineses estaban atestadas de muchachos jóvenes de 12 años en condiciones de hacinamiento. El joven sacerdote de origen campesino se dejó pronto impresionar por esta realidad con la que él mismo se identificaba y rechazó numerosas ofertas que le hubieran podido garantizar una vida de bienestar y tranquilidad entre la burguesía de la ciudad.
Fundó el Oratorio de Don Bosco en el cual se desarrolla un espacio en donde los muchachos podían aprender un oficio útil, asistir a los sacramentos y tener un patio para jugar sanamente con los amigos. Desde el principio Don Bosco puso en el centro de su obra la figura de San Francisco de Sales como modelo de amabilidad, dulzura y espiritualidad religiosa. Visitaba las fábricas en donde trabajaban sus muchachos para garantizar de que no fueran víctimas de explotación, buscaba trabajos dignos para muchos de ellos para lo cual hacía que los empleadores firmaran con él tratados que garantizaran los derechos de los muchachos anticipándose así a la legislación laboral internacional. Planeaba retiros espirituales para muchachos obreros y en 1847 elaboró el primer reglamento del Oratorio. Don Bosco comienza también a dar clases dentro del Oratorio y para 1860 tiene completa la educación media para sus muchachos insistiendo en que sus estudios fueran los mejores.
La otra obra perenne de Don Bosco fue la fundación de las Hijas de María Auxiliadora. Gracias a un sueño en el que la Virgen María le pide interesarse también por las muchachas. Don Bosco se encontraría con la joven Mazzarello de Mornés y de dicho encuentro vendría a la luz la fundación del Instituto de hermanas que harían del carisma salesiano una oportunidad también para las muchachas.
Don Bosco ideó su "Tercer Orden" con la idea de que su carisma fuera llevado por laicos que, sin ser religiosos de votos, permanecieran en el ámbito de la sociedad civil para ayudar a los jóvenes y a disposición de la Iglesia.
El 31 de enero de 1888, murió el apóstol de los jóvenes. Tenía 72 años, y había dado todo de sí para dejar una obra sólida para sus pobres muchachos. Su cuerpo permaneció en la Basílica de María Auxiliadora y después fue sepultado el 6 de febrero en la casa salesiana de Valsalice, pero sus restos serían posteriormente trasladados a la Basílica en donde permanecen en la actualidad.
En 1890 se abrió el proceso de beatificación y canonización de Don Bosco. El 2 de junio de 1929 (39 años después), Don Bosco fue proclamado beato y el 1 de abril de 1934 (44 años después) fue declarado Santo por S.S. Pío XI.
En 1988, con ocasión del I Centenario de la muerte de Don Bosco, el Papa Juan Pablo II concedió indulgencias para la Familia Salesiana y el 31 de enero se celebró una Eucaristía solemne en Turín. Al año siguiente, 24 de mayo de 1989, el Papa proclamó oficialmente a Don Bosco como "Padre y Maestro de la Juventud".
En nuestra Parroquia podemos contemplar la imagen de San Juan Bosco a la entrada de los salones adjuntos a la izquierda de la misma.

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