domingo, 24 de abril de 2011

El evangelio de hoy - Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor







Hoy Domingo de Resurrección o Domingo de Gloria, celebramos la Resurrección de Jesucristo tras haber sido Crucificado. Es la culminación de la Semana Santa y hoy se abre un nuevo período litúrgico: la Pascua de Resurrección. El Domingo de Resurrección se celebra el primer domingo después de la primera luna llena de primavera. Hoy es la fiesta más importante para todos los cristianos, que conmemoramos la Resurrección de Jesús, el hecho que da sentido a toda nuestra religión. Cristo triunfó sobre la muerte y con se abren las puertas del Cielo a los creyentes.. Se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo Resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, cuando se conmemora la subida de Jesús al Cielo. En la Misa de cada domingo se recuerda la Resurrección del Señor de una manera especial
Durante el período que ahora comienza, los cristianos recordamos la Resurrección y las sucesivas apariciones de Jesús a los apóstoles, a la Virgen y a las Santas Mujeres. El tiempo en que Jesús, Resucitado ya y habiendo vencido a la muerte, permaneció aún en la Tierra.
La principal ceremonia del día tiene lugar en su comienzo, en el tránsito entre el Sábado Santo y el Domingo de Resurrección, cuando se celebra la Vigilia Pascual, la principal ceremonia de cuantas celebra a lo largo del Año Litúrgico la Iglesia. En la misma se da gran importancia al simbolismo de la Luz y se incluye una más extensa lectura de las Sagradas Escrituras. Siendo esta celebración la más importantes de nuestra Iglesia.
En resumen la fiesta de Pascua es el centro del año cristiano. La resurrección de Jesús constituye el fundamento sobre el cual se asienta y gira toda la vida del cristianismo. Por eso es la fiesta máxima de al cristiandad. Juntos hemos celebrado el paso de las tinieblas a la luz, de la muerte a la vida. Hoy se proclama que Jesucristo ha resucitado. Desde hoy el Señor nos ilumina con su Gloria.


Evangelio según san Juan. Jn. 20, 1-9


El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr; llegó a la casa donde estaban. Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y le dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto”. Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró. En eso, llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales, Jesús debía resucitar de entre los muertos.

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