domingo, 27 de febrero de 2011

El evangelio de hoy


San Gabriel de la Dolorosa (nacido en Asís, 1 de marzo de 1838 - muerto en Isola del Gran Sasso en Teramo, 27 de febrero de 1862) es el nonbre religioso de Francesco Possenti, religioso pasionista, recibió el llamado divino varias, pero o lo rechazaba o lo postergaba por diversas razones. Mientras asistía a una procesión mariana, tuvo una visión donde la imagen de la Virgen se movía y le decía que ya no postergase su aceptación del servicio de Dios, y decidió entrar a la vida religiosa definitivamente, pese a las objeciones de su familia que casi consideró esto como un capricho adolescente.En 1856 convence a su gente de la sinceridad de sus intenciones, recibe la aprobación formal de su padre e ingresa como religioso pasionista en el noviciado de Morrovalle, Macerata, tomando el nombre de Hermano Gabriel de la Virgen Dolorosa. En su breve pero fructífero tiempo como religioso, Gabriel se caracterizó por su piedad, su infatigable vida de oración y penitencia, y sobre todo, por su amor a Cristo y la Eucaristía. Es el patrono de los estudiantes, sobre todo los seminaristas; algunos le consideran también el patrono no-oficial de los francotiradores, debido a una popular leyenda urbana que dice que Gabriel logró disuadir a un escuadrón de partidarios de Giuseppe Garibaldi de arrasar Isola, usando su manejo de armas de tiro (adquirido en sus tiempos laicos) para desarmar a dos de los mercenarios sin matarlos, salvando a su ciudad de la destrucción.

Evangelio según San Mateo 6,24-34.
Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.
Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido?
Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos?
¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?
¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer.
Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos.
Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!
No se inquieten entonces, diciendo: '¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?'.
Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan.
Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura.
No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.

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