lunes, 1 de noviembre de 2010

El Evangelio de hoy - Solemnidad de Todos los Santos


La Iglesia celebra hoy la festividad de todos aquellos que nos han precedido en su marcha a la Casa de Padre, y que ya están disfrutando de la presencia de Dios cara a cara. Es decir, todas aquellas personas anónimas que ya son santos. Esta fiesta nos recuerda que todos somos llamados a la santidad en esta vida. En los primeros siglos de vida de la Iglesia había un día para recordar a los mártires. El Papa Bonifacio IV (608-615) transformó un templo griego en uno cristiano para dedicarlo al culto de “Todos los Santo”. Y fue en el año 840 cuando la festividad comenzó a celebrarse el 1 de noviembre. Hemos de recordar que muchas fiestas importantes comienzan su celebración el día anterior por la noche, en la misa vespertina de vigilia, es decir el 31 de octubre. En inglés sería All Hallow’s Eve, la víspera de Todos los Santos. Con el tiempo su pronunciación fu cambiado hasta la conocemos en nuestros días Halloween. Esta celebración poco tiene que ver con la importancia del día que hoy celebra la Iglesia Universal, aunque su origen sea el mismo.

Evangelio según San Mateo 5,1-12.

Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él.
Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
"Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron.

No hay comentarios: