domingo, 14 de agosto de 2011

El Evangelio de hoy


Celebramos hoy el dia de San Maximiliano María Kolbe (de bautismo Raimundo) nace el 1894 en Zdunska Wola, Polonia, de una familia pobre, pero rica de fe y patriotismo. Ya de joven se propuso luchar por una patria libre.Su capacidad matemático-física lo abocaba a una carrera científica. Hasta proyectó un vehículo espacial. Pero se decidió por la vida religiosa franciscana. Todavía clérigo en Roma, en 1917, fundó el movimiento apostólico Milicia de María Inmaculada, que en su vida alcanzó un millón de miembros, y a su muerte se triplicó. Se ordenó sacerdote en 1918. Y decidió «ser santo, cuanto mayor posible» por la unión con Cristo crucificado y resucitado, a quien pedía «amar hasta convertirse en víctima». Entre los medios de evangelización dio preferencia los medios masivos, como los más eficaces en la evangelización. Fundó un periódico mensual de casi un millón de ejemplares, un cotidiano y una emisora, operando desde un convento erigido con el nombre de Niepokalanów (Ciudad de la Inmaculada).Su obra se extendió por otras naciones y él mismo la fundó en Japón. Maximiliano soñaba con el martirio por amor a Dios y la salvación de los hombres. Y el martirio llegó: deportado al campo de exterminio de Auschwitz en 1941, se ofreció a morir en lugar de un padre de familia. Por dos semanas sufrió el tormento del hambre y de la sed con otros nueve condenados, a los que animaba en los sufrimientos. Fue rematado con una inyección de veneno que lo envió al cielo el 1 de agosto de 1941. A su beatificación en 1971 asistió el hombre por él salvado, Francisco Gajowniczek. Juan Pablo II lo canonizó en 1982.


Evangelio según San Mateo 15,21-28.

Jesús partió de allí y se retiró al país de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer cananea, que procedía de esa región, comenzó a gritar: "¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio". Pero él no le respondió nada. Sus discípulos se acercaron y le pidieron: "Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos". Jesús respondió: "Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel". Pero la mujer fue a postrarse ante él y le dijo: "¡Señor, socórreme!". Jesús le dijo: "No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros". Ella respondió: "¡Y sin embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de la mesa de sus dueños!". Entonces Jesús le dijo: "Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!". Y en ese momento su hija quedó curada.

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